¿Por qué no somos nuestro cerebro?

Por Frida Bethlen Tafolla Tobón, estudiante de licenciatura en Ciencias de la Comunicación

El pasado 19 de noviembre, se llevó a cabo el segundo día de actividades de la Jornada Internacional de la Tolerancia y la Diversidad, Lucía Gabriela Ciccia, investigadora en estudios de género por la Universidad de Buenos Aires, Argentina y del Centro de Investigaciones y Estudios de Género en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impartió la conferencia ¿Por qué no somos nuestro cerebro?, en la que hizo un recorrido histórico que data desde el siglo XVII, época en la cuál empiezan a elaborarse los conceptos de raza y sexo como hoy los interpretamos, con el fin de comprender el actual discurso neurocientífico sobre lo que implica ser varón o mujer.

La investigadora en el área de Género en la Ciencia, la Tecnología y la Innovación y, que además, cuenta con una licenciatura en biotecnología, habló sobre los conceptos como el género, el biologicismo, la justificación biológica y la perspectiva mecánica, que nutre el concepto de lo que llamamos sexo, para pensar que hay dos formas biológicas a partir de una genitalidad que implican roles sociales específicos.

¿Está la biología vinculada con lo cultural?, cuestionó Lucía Gabriela Ciccia, “tenemos una exclusividad paradigmática en el ámbito público asociado a la producción y a lo masculino y femenino, es decir, a lo que entendemos por espacios masculinizados o feminizados, porque no son naturalmente propiedad del varón o la mujer, si no que hay todo un conglomerado de valores que se articulan para naturalizar este espacio como propio del varón o propio de la mujer”.

Tolerar no es la palabra adecuada, dijo, “aceptar y respetar sí son palabras que deben estar en la boca de todas las personas que conforman una sociedad, porque la diversidad no tiene que ser tolerada, porque no está en la periferia, porque lo que se tolera es el frío, pero mi sexualidad y mi identidad no tienen que ser toleradas porque vale tanto como la sexualidad y la identidad de cualquier otra persona».

Lucía Gabriela Ciccia puntualizó que la biología que está vinculada con lo natural no implica que sea destino.  «no es que no somos nuestro cerebro en un sentido desorgánico, somos nuestro cuerpo en el mundo interactuando con otras personas, la mente no tiene límites sobre nuestro cuerpo, la mente se transforma en todo lo que yo soy interactuando con el mundo», dijo.

Fotos: Cortesía.