Presentan conferencia sobre la importancia de la curaduría en México
Por Oswal Alonso
La curadora de arte chilena, Ximena Jordán, expuso en una conferencia realizada en la Facultad de Artes el pasado 11 de noviembre, la relevancia de la curaduría en México y delineó las diferencias entre la curaduría fundacional y evolutiva, utilizando como ejemplos los museos Frida Kahlo, mejor conocido como Casa Azul y el Anahuacalli, de la Ciudad de México.
Ximena Jordán, explicó que el término curaduría proviene del derecho romano, donde el curador administraba los bienes materiales de una persona incapacitada. En el arte, diferenció, esta función se delega a un tercero para la gestión, exposición y narrativa visual de las creaciones artísticas, permitiendo al artista concentrarse en la creación sin condicionamientos.
Aunque algunos artistas se autocuran, en la práctica se demuestra que la delegación es común, especialmente cuando la producción es abundante o el artista está consagrado.
Además, aseguró que México es un país “muy visual”, una característica que se remonta a tiempos mesoamericanos prehispánicos, donde la pedagogía y socialización se impartían a través de la visualidad, riqueza visual general que genera una cantidad importante de productos, desde obras de arte hasta tatuajes, incluso rótulos, lo que demanda agentes profesionales que gestionan y canalizan esta producción artística.
La curadora explicó que la curaduría fundacional es la narrativa visual que da origen a una institución, preestablecida desde el inicio del museo pero no todos los museos la tienen y se estima que sólo entre el 20 y 30 por ciento de los museos la poseen.
Un ejemplo de ello, dijo, la Casa Azul y el Anahuacalli, donde Frida Kahlo y Diego Rivera, con ayuda de Carlos Pellicer, dejaron una narrativa visual con la disposición de piezas que constituyen el pilar fundador de estos espacios, donde alterar el orden sería un “sacrilegio” y despatrimonialización del museo, “el trabajo curatorial en estos casos consiste en preservar esta curaduría original”, afirmó.
En cambio, la curaduría evolutiva se refiere a las opciones de nuevos elementos insertados en la curaduría fundacional y explicó que en un mismo espacio, puede haber un margen para que convivan ambos tipos de curaduría pero en este caso específico, permite intervenciones y exposiciones temporales, siempre y cuando no afecten el origen del espacio.
“Por ejemplo, en el Anahuacalli, se realizan intervenciones de arte contemporáneo, respetando la visión de Diego Rivera de que sus obras conviven con el arte actual”, dijo.
Ximena Jordán destacó que los museos con curaduría fundacional no son totalmente rígidos o estáticos y que son una «cápsula del tiempo» en un 50 por ciento, y el otro 50 por ciento permite jugar e intervenir los espacios.
Finalmente, afirmó que la interacción del público con estas curadurías, incluso a través del disgusto o la confrontación, es valiosa, ya que impulsa la reflexión y el diálogo, cumpliendo el propósito de los museos de mover la sensibilidad y la mente de los individuos.

Fotos: Mauricio González.



