Investigación sobre el trabajo de apicultores morelenses en Canadá
Por Oswal Alonso
La antropóloga social Adriana Saldaña Ramírez, presentó en el Centro de Investigaciones Sociales y Estudios Regionales (Cicser) de la UAEM, parte de su investigación sobre los trabajadores morelenses en las granjas apícolas en la provincia de Alberta, Canadá.
El pasado 26 de marzo, durante la conferencia Apicultores morelenses en Canadá: Experiencia y desafíos en el extranjero, la investigadora del Cicser dio a conocer una parte de los primeros resultados de su trabajo con alrededor de 62 morelenses que cada año trabajan en esas granjas y analiza quiénes son, sus dinámicas, las estadísticas oficiales y el trabajo de campo en los municipios donde mayor número de trabajadores viajan a ese país.
Saldaña Ramírez, dijo que la mayoría de los trabajadores morelenses en la apicultura canadiense pertenecen a los municipios de Tepoztlán, Jonacatepec y Zacualpan de Amilpas. La mayoría son hombres de entre 36 y 45 años de edad, con estudios de secundaria completos, casados o en unión libre.
Explicó que 64 por ciento de los trabajadores morelenses permanece entre 6 y 7 meses en Canadá, la mayoría se concentra en la provincia de Alberta, la mayor productora de miel de abeja en Canadá, distribuidos en 21 granjas apícolas donde la mayoría contrata personal exclusivamente morelense, aunque han sido desplazados por trabajadores migrantes de Campeche y Michoacán.
Las granjas, dijo, producen miel a granel, de diferentes floraciones y trozos de panales con miel. Algunas granjas también se dedican a la polinización de cultivos como alfalfa y arándanos, actividad que les remunera mejor que la producción de miel.
El estudio establece que los apicultores morelenses, principalmente de San Andrés de la Cal y Tepoztlán, que viajan cada año a Canadá, son la principal mano de obra en las granjas apícolas. En general, los trabajadores trabajan de 10 a 15 horas al día por uno de descanso y su salario es de 15.65 dólares por hora con un sistema de pago mensual.
La investigadora registra que los ingresos obtenidos se destinan principalmente a la educación de los hijos, la compra de terrenos, mejoras en las viviendas y proyectos productivos, y no escapan al estrés que les genera la vida diaria, la rutina laboral, la barrera lingüística y una limitada vida social fuera del trabajo.
Finalmente, Adriana Saldaña dijo que la migración de apicultores morelenses a Canadá se intensificó a principios de la década de 1990, cuando ese país comenzó a solicitar específicamente apicultores en el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, firmado por México y Canadá.

Fotos: Lilia Villegas.