Por Julio Alanís

Sandra Milena Ospina Garcés, investigadora del Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación (CIByC), estudia las características morfológicas de algunos animales, con miras a entender patrones de diversidad hacia el futuro y la biología evolutiva de las especies.

Explicó que con este tipo de estudios se pueden reconstruir las relaciones entre especies, conocer tiempos de divergencia, momentos en que aparecen las familias, además de cambios geológicos.

La investigadora destacó que en su laboratorio se trabaja particularmente con murciélagos, para estudiar la morfología a partir de sus necesidades, ya que varían depende la alimentación, “el hecho de capturar el alimento del piso o al vuelo, marca diferencias en la morfología de las alas y la manera en que ubican a las presas”, explicó.

La especialista en aplicación de métodos de morfometría geométrica a los datos acústicos, subrayó que al hablar de evolución se refiere a millones de años y esta información permite mirar al pasado y tratar de establecer patrones al futuro para promover la conservación de las especies y del ambiente en general.

Sandra Ospina detalló que para medir la evolución de una especie, primero se estudian factores genéticos de la diversidad de secuencias y cuando se encuentra divergencia en los genes, se buscan otras evidencias como la morfología, “lo que se ha encontrado es que con el tiempo se adapten las características morfológicas de acuerdo al hábitat donde se encuentren”, comentó.

Fotos: Cortesía.