Autonomía universitaria

Por Juan Carlos Jaimes de Jesús, estudiante de Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Los antecedentes de las universidades los encontramos en los siglos XI y XII, cuando surgen como asociaciones de maestros y estudiantes conocidas como universitas donde se estudiaban temas filosóficos y teológicos, teniendo como ejemplos a la Universidad de París y Bolonia, siendo esta última el modelo que se replicaría en las universidades en América Latina.

La universidad busca la enseñanza de todas las ramas del conocimiento, siendo así hoy un pilar para la movilidad social. Y en ese tenor, una de las estructuras importantes de la universidad es la autonomía que le permite posicionarse en el espacio público con libertad en su labor de educación e investigación con un compromiso social.

La autonomía universitaria implica que la institución pueda establecer su propia organización y funcionamiento, así como determinar sus programas y planes de estudio en atención a las demandas de sociedad sin injerencia externa. De tal forma, la autonomía es una estructura que permite a la universidad moverse en el sistema político con independencia frente a intereses de otros actores de poder como los gobiernos o la iniciativa privada.

En el caso de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), que el 22 de noviembre cumplió 54 años de autonomía, le permite erigirse como un actor político libre que da respuesta a las necesidades educativas de la sociedad morelense teniendo como paradigma que el conocimiento es fuente para el desarrollo social, siendo así una institución de excelencia.

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