Declaración Laudatoria del LIV Aniversario de la Autonomía Universitaria
Honorable Consejo Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Distinguidos invitados especiales.
Agradezco las palabras de bienvenida de la maestra Fabiola Álvarez, secretaria General de la UAEM, con quien coincido en la relevancia de esta conmemoración. Como cada año el aniversario de la autonomía universitaria debe conmemorarse desde la reflexión.
Para la UAEM, el reconocimiento y ejercicio de la autonomía universitaria no constituye ninguna coartada para dejar de cumplir con la legalidad vigente, con las responsabilidades administrativas que tienen los directivos y trabajadores universitarios, con las obligaciones en materia de transparencia, con los requerimientos de los órganos de fiscalización externos e internos, así como con el imperativo de rendir cuentas a la sociedad, a través de los mecanismos establecidos en la normatividad vigente y en los instrumentos legales internos.
Para la UAEM el reconocimiento y ejercicio de su autonomía es sinónimo de autogobierno, responsabilidad, desempeño eficiente, honestidad, perspectiva crítica, y relación equidistante con los poderes públicos y los actores políticos de los tres niveles y órdenes de gobierno, de transparencia proactiva, de apertura a la innovación, y de excelencia para gestionar los programas académicos y los proyectos de investigación.
Para la UAEM, el reconocimiento y ejercicio de su autonomía, implica autocrítica y corrección eficiente de las políticas y acciones que transgredan la legalidad y la ética de los universitarios. Ninguna universidad pública debe ser gestionada con criterios patrimonialistas, ni subordinada a fines privados ni a objetivos electorales o partidistas.
Para la UAEM, la autonomía universitaria no es obstáculo para el diálogo y la coordinación institucional con los poderes públicos, las organizaciones sociales y los actores políticos. Donde existan coincidencias, objetivos comunes y compromiso social, que no distorsionen los fines de la universidad, siempre será posible esperar la colaboración de la UAEM y de su comunidad universitaria.
Como parte de mi intervención considero fundamental destacar que, la formulación de la Ley General de Educación Superior (LGES) —aprobada el 19 de abril de 2021— amplió el alcance de la autonomía universitaria en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, la ley limita la posibilidad de que los poderes ejecutivos y legislativos —tanto federales como de los estados— modifiquen unilateralmente las leyes orgánicas de las instituciones autónomas. Al respecto la norma estableció que:
Ningún acto legislativo podrá contravenir lo establecido en la fracción VII del artículo 3o. constitucional. Cualquier iniciativa o reforma a las leyes orgánicas referidas en este artículo deberá contar con los resultados de una consulta previa, libre e informada a su comunidad universitaria, a los órganos de gobierno competentes de la universidad o institución de educación superior a la que la ley otorga autonomía, y deberá contar con una respuesta explícita de su máximo órgano de gobierno colegiado.
Un segundo aspecto que vale la pena destacar es que la Ley General, en varios de sus artículos, establece el respeto a la autonomía que la ley otorga a las universidades e instituciones como un límite a la aplicación de las políticas y programas que establezca la autoridad federal en materia de educación superior.
Un tercer tema es que dicha Ley General extiende las libertades de cátedra, investigación y expresión de ideas al conjunto de instituciones que forman parte del sistema nacional de educación superior, sin distinciones de su carácter público o privado.
En este orden de ideas, reiteramos que la UAEM tiene un componente de sociedad civil que no puede soslayarse. Por ello, a quienes ejercen funciones públicas, a quienes tienen una agenda partidista y electoral, así como a quienes pertenecen a organizaciones sociales, políticas y privadas, les expresamos nuestro respeto sobre su vida interna y sus expresiones públicas. De la misma manera que exigimos respeto a la organización y vida interna de la universidad, a las expresiones plurales que protagonizan los universitarios, a sus programas y proyectos académicos y de investigación, que se desarrollan en el campus Norte y en las diversas unidades académicas diseminadas a lo largo del estado de Morelos.
La autonomía de la UAEM no implica aislamiento ni ruptura con el orden político e institucional, tampoco debe ser percibida como un factor de conflicto social. Tanto la UAEM como todas las instituciones públicas, organizaciones y expresiones de la sociedad, así como los actores políticos y sociales y los ciudadanos, estamos llamados a preservar los puentes de diálogo y comunicación, como lo hemos hecho para enfrentar los severos riesgos que ha traído consigo la pandemia de Covid-19.
La sociedad morelense debe tener la certidumbre que la UAEM estará a la altura de los desafíos de los tiempos que corren, y que cumplirá con eficacia, eficiencia y probidad con sus funciones esenciales, sin dejar de asumir su compromiso social y sin claudicar en el ejercicio irrenunciable de la autonomía que desde hace más de medio siglo nos fue reconocida y otorgada.
Invito a los universitarios a sumarse al llamado que hizo en 1968 el Rector Javier Barros Sierra y que hoy sigue teniendo plena validez: permanezcamos unidos para defender dentro y fuera de nuestra casa las libertades de pensamiento, de reunión, de expresión y las más cara, ¡nuestra autonomía!
Por una humanidad culta
Una universidad de excelencia
Foto: Mauricio González.