Mi experiencia en el frente contra el Covid-19

Por Redacción

Fue el 18 de marzo cuando la UAEM suspendió actividades académicas y administrativas en la mayoría de sus áreas, debido a la contingencia sanitaria por Covid-19. Las facultades de Medicina y Enfermería mantuvieron la presencia de estudiantes de internado de pregrado y servicio social en diversas instituciones de salud en el estado, principalmente en aquellas que no presentaban población de riesgo.

Seis meses después estudiantes de estas dos unidades académicas nos cuentan brevemente sus experiencias durante la contingencia. Damos espacio a su testimonio y hacemos un reconocimiento a todos los alumnos que han mostrado su vocación de servicio y compromiso social en los momentos más difíciles de la pandemia.

 

Danna Gabriela Guerrero Juárez, alumna del décimo semestre de la Facultad de Medicina

Desde el inicio de la pandemia había incertidumbre sobre la situación a la que nos exponíamos y las autoridades universitarias decidieron retirarnos durante un mes de nuestras actividades. Ese tiempo se aprovechó para prepararnos y capacitarnos sobre las medidas y protocolos para saber cómo actuar en caso de que llegaran pacientes sospechosos.

Había miedo en el hospital y más cuando sabíamos que algún paciente había fallecido y tú fuiste quien lo revisó, porque te estresa saber que podías haberte contagiado. Siempre tenía miedo y pensaba si ya me había enfermado o no. Ir al hospital y regresar a mi casa después de toda la exposición siempre era pensar que no solo era yo la expuesta, también mi familia lo era, pero supimos adaptarnos a la situación.

Por otra parte, siento tristeza y enojo porque a pesar que todos los trabajadores del sector salud se protejan y cuiden diariamente para brindar la atención necesaria a los pacientes, la población sigue siendo egoísta y no se cuida correctamente. Nosotros quisiéramos que esta contingencia terminara para asistir al hospital sin tantas preocupaciones y tener más días de aprendizaje y práctica, porque no todo depende del personal de salud, también es responsabilidad de la población, que debe colaborar para que todo esto pase lo más pronto posible.

 

Edson Eduardo Galván Salmerón, alumno del décimo semestre de la Facultad de Medicina

Recuerdo las primeras noticias internacionales de una nueva enfermedad en China que acababa con la vida de las personas en cuestión de días. Creo que ninguno de nosotros imaginó la magnitud de lo que vendría. Asistíamos al hospital con el fin de seguir aprendiendo y continuar con nuestra formación como médicos. Compartíamos los días con los pacientes que eran nuestros mejores maestros, podíamos platicar y reír con ellos, explorarlos, tomar muestras y en algunas ocasiones consolarlos, darles una palabra de aliento o incluso como me tocó en varias ocasiones, darles un abrazo.

De pronto se iniciaron los protocolos en el hospital y bajaron los números de pacientes con padecimientos frecuentes y aumentaron los casos de pacientes con Covid-19.  Se nos retiró de los servicios interrumpiendo nuestra formación presencial y se nos capacitó con cursos en línea, así estuvimos por un tiempo hasta que la situación del país nos requirió de vuelta, pues no eran suficientes los médicos para tratar esta situación.

Al caminar nuevamente por los pasillos del hospital vi el rostro de algunos de mis compañeros cubierto hasta con dos cubrebocas, lentes de protección, caretas de plástico. Parece mentira cuando decimos que no podías reconocer a quien tenías a un lado o si esa persona sonreía.

Nos enteramos de compañeros que habían sido infectados por el virus y desafortunadamente fallecieron. Entendí aún más la importancia de mantenernos sanos. Todo el tiempo pensaba en mi familia y amigos, hasta cierto punto los veía reflejados en la gente que llegaba al hospital.

Lo que sé es que a pesar de la situación actual, del miedo e incertidumbre, vamos a salir adelante y hoy más que nunca me siento muy orgulloso de ser médico.

 

Pasantes de la Licenciatura en Enfermería

Fue una prueba difícil por la que pasamos todos, por no estar preparados ante este tipo de situaciones, pero creo que nos ayudó para reeducarnos y acatar las nuevas modalidades de cuidados sanitarios.

En este caso, se trata de una educación o re-educación personal y colectiva que nos permita enfrentar juntos un evento de la naturaleza para el que estamos escasamente formados e informados. Porque educarnos tanto personal como socialmente y de manera rápida, es el reto que nos toca ahora.

En un momento como el actual, lavarnos las manos y mantener el distanciamiento social puede evitar que alguien enferme gravemente, con estas dos cosas tan sencillas podemos lograr mucho para el bien de todos.

Fotos: Cortesía.