Sede UAEM de la Reunión Nacional de la Red de Ciruelas Mexicanas

Por Oswal Alonso

En México, existen tres especies de ciruelas cuya producción y forma de distribución es necesario conocer; sin embargo, no hay recursos para su investigación a pesar de ser una fruta de importancia económica que beneficia a diversas regiones del país, afirmó Rocío Rueles Morales, investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Rocío Rueles y otros investigadores e investigadoras de diversas universidades del país, participan en la Reunión Nacional de la Red de Ciruelas Mexicanas, que se llevó a cabo los días 15 y 16 de mayo en la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA).

La investigadora habló sobre la distribución de la ciruela (Spondias), que incluye 18 especies, 10 de las cuales se encuentran en América, 7 en el trópico asiático y 1 en Madagascar. Algunas especies se han introducido en África y en las islas Indias Occidentales.

En México, dijo, se encuentran tres especies: Spondias mombin, Spondias purpurea y Spondias rodolfoferi, siendo la purpurea la más extendida. Además, resaltó la importancia económica de las ciruelas, ya que se utilizan como alimento en diferentes formas por ello es importante conservar estas especies y evitar la pérdida de poblaciones silvestres debido a la transformación de los bosques.

Reconoció el papel de las comunidades en la conservación de las ciruelas y en términos académicos dijo que es necesario contar con más información para difundir entre la sociedad y productores, datos que promuevan un mercado justo para quienes viven de la venta de estos productos.

Señaló que hasta ahora, la información presentada por las autoridades es general y limitada a nivel nacional. Por esta razón, la Red de Investigadores de Ciruelas Mexicanas se reúne para trabajar en el fortalecimiento de la red, a pesar de no contar con financiamiento, pero lo hacen porque estas especies son altamente apreciadas y no las dejarán en el olvido.

Jesús Eduardo Licea Resendiz, director de la FCA destacó en la inauguración de estas actividades la importancia de que converjan los esfuerzos de seis instituciones de educación superior, como la UAEM, la Universidad Autónoma de Yucatán, la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Guanajuato, el Instituto Tecnológico de Comitán y la Universidad Autónoma de Chiapas, que integran la Red de Investigadores de Ciruelas Mexicanas.

“Esta reunión no sólo es un espacio para la presentación de avances científicos, sino también la oportunidad para abrir el diálogo entre saberes técnicos, populares y académicos de quienes investigan en los laboratorios, así como de quienes cultivan en sus huertos, traspatios y comunidades”, dijo.

Licea Resendiz aseguró que Morelos cuenta con cerca de 400 hectáreas de selva mexicana, principalmente en pequeñas unidades de producción y de traspatio, y que se trata de una especie adaptada a suelos pobres y a condiciones escasas de humedad, lo que la convierte en un cultivo estratégico frente al cambio climático y en un pilar para la seguridad alimentaria local.

Al inicio del encuentro acudieron Margarita Galeana, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Morelos; José Luis Arizmendi, representante en Morelos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader); Leobigildo Córdova Téllez, responsable del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, así como estudiantes y docentes de la FCA.

En el segundo día de actividades, la académica de la FCA, Suaustegui Bailón, confirmó mediante estudios que la ciruela roja mexicana es una de las frutas que más antioxidantes tiene, por lo que puede ayudar en enfermedades como el cáncer.

Incluso, señaló que contiene más antioxidantes que otros frutos como el melón, papaya, sandía, maracuyá, piña o pomelo. Además, encontraron que tiene potencial en el uso cosmético para ser utilizada como ingrediente en bloqueadores solares, ya que protege a las células de los rayos UVA y UVB.

Entre los compuestos que localizaron están la luteína y el β-caroteno; este último ayuda a la memoria verbal y el primero, por un corto periodo de tiempo, aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro y genera beneficios neurocognitivos en adultos mayores.

Al concluir el encuentro, los integrantes de la red dieron a conocer los retos que enfrenta la investigación sobre las ciruelas, pues no sólo deben generar documentos, sino que los estudios tienen que sobrepasar su alcance para tener nuevos productos derivados de las ciruelas y encontrar nuevas cadenas de valor; detectar y prevenir nuevas enfermedades; industrializar la producción de ciruela; distribuir mejor el producto para su consumo a un mayor número de personas; y homologar procesos de investigación en la red para identificar un mayor número de variedades de ciruelas en México, entre otros.

En el encuentro, participaron investigadores de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Guerrero y Yucatán, se compartieron las últimas investigaciones sobre los compuestos de las ciruelas, su posproducción, tecnologías utilizadas, métodos de investigación y la necesidad de ampliar sus trabajos, porque en el país aún está limitado el trabajo sobre la fruta.

Fotos: Cortesía.